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Sep 29, 2023

Crítica de 'El curioso caso de Benjamin Button': nuevo musical en Londres

Por David Benedict Negándose inteligentemente a ser obstinadamente fiel,

por David Benedicto

Negándose inteligentemente a ser obstinadamente fiel, el escritor y director Jethro Compton retiene el arco de la historia (muy) corta y parecida a una fábula de F. Scott Fitzgerald "El curioso caso de Benjamin Button", pero casi nada más. Logrando una atractiva vida propia en el escenario, la historia estadounidense se ha trasladado a los pueblos costeros y las minas de estaño de la zona rural de Cornualles con música folclórica celta perfectamente combinada, animada y encantadora interpretada con entusiasmo por un elenco espléndido. Sin embargo, hay un problema: la historia misma.

Desde el principio, hay un humor cómplice y bienvenido entregado directamente por toda la compañía que prepara escenas individuales para Benjamin (Jamie Parker), comenzando con su misterioso nacimiento a la edad de 70 años en 1918. Sus horrorizados padres lo mantienen en un secreto culpable mientras Benjamin comienza a llevar su vida constantemente al revés. Habiendo estado inicialmente escondido, con la prohibición de ser visto en público, cuando se convierte, por así decirlo, en un adolescente, ha encontrado una ruta de escape secreta regular hacia el pueblo donde comienza a mezclarse con personas que asumen que él es tan mayor como él. mira.

Ocultando permanentemente el enigma de su vida única, Benjamin sufre. Casi todas las situaciones en las que se encuentra en las 22 escenas del programa significan que está en desacuerdo con quienes lo rodean debido al secreto que se ve obligado a guardar. Eso le da a un Parker bien contenido y cada vez más abierto mucho con lo que jugar a medida que envejece maravillosamente. Su voz pierde gradualmente su envejecimiento para liberar su tenor ricamente expresivo en canciones de amor con su verdadero amor Elowen, inquietantemente cantadas por una Molly Osborne maravillosamente sensata e ingeniosa. Y aprovecha al máximo las conmovedoras escenas con un nuevo amigo Jack (un Jack Quarton seguro y estable).

Pero a la mitad del largo primer acto, las dificultades se están mostrando. La situación de Benjamin es repetitiva y predecible. El equipo creativo bien integrado crea detalles expresivos en cada escena, pero la inevitabilidad de la historia le quita el impulso dramático. Al igual que en el muy diferente pero igualmente problemático "Cándido" de Bernstein, hay una preocupante falta de tensión. En lugar de ser un drama en el que las acciones tienen consecuencias que retienen a la audiencia, se convierte en un espectáculo poco atractivo de "y luego...".

A lo largo de 22 números (ocho de los cuales son repeticiones), el compositor Darren Clark subraya la "narración" en "narración de historias", proporcionando números narrativos con la compañía como coro que describe el lugar, la circunstancia y, sobre todo, el tiempo más importante en este cuento de viaje. Estructuralmente, eso no está a un millón de millas del trabajo del coro en "Merrily We Roll Along" de Sondheim, pero en todos los demás aspectos, Clark es un hombre independiente. Su música exuberantemente armónica, cantada e interpretada con fuerza por actores y músicos con múltiples habilidades, está impregnada de la tradición popular, como se refleja en sus propios arreglos bulliciosos y orquestaciones boyantes que abarcan todo, desde pennywhistle hasta contrabajo pasando por violines, guitarras, tambores, teclados, acordeón y más.

Pero la música es más fuerte en el estado de ánimo que en el impulso. En un tiempo de ejecución demasiado largo de dos horas y 45 minutos, mientras todos se lanzan a otra celebración de la comunidad, se establece una sensación de repetición. Y aunque las baladas son adecuadamente solitarias, la letra, coescrita con el director y escritor de libros Compton, son genéricos. Y los momentos en que la compañía canta los temas del programa (las dificultades del tiempo y la importancia de aprovecharlo al máximo) dejan al público demasiado poco para deducir por sí mismo.

Incluso los momentos bellamente elaborados cuando los instrumentos abandonan para dar rienda suelta a la compañía de 12 personas en una armonía exuberante y sin acompañamiento, pierden fuerza gradualmente. Al igual que las escenas de la historia episódica, hay demasiadas.

La producción de Compton, a través de su propio conjunto de tablones y cajas de madera de usos múltiples, se escenifica rápidamente con un mínimo de alboroto y una muerte clave en particular se realiza de manera simple y efectiva. Pero cuanto más avanza la historia, más desearías que hubiera sido mucho más despiadado con su propio libro, que está lleno de incidentes en lugar de emoción.

No es casualidad que la versión cinematográfica, galardonada con 13 nominaciones al Oscar, solo llegara a casa con tres premios por las (merecedoras) imágenes. Eso también reinventó los detalles internos de la historia, pero aun así no pudo encontrar la manera de crear una tensión dramática.

El espectáculo completamente poco cínico de Compton y Clark, visto por primera vez en una versión más pequeña en 2019, no podría pedir un elenco mejor y más comprometido, y hay una rara bondad en toda la noche que, en última instancia, es muy similar a el otro musical reciente sobre la comunidad, "Come From Away". Pero donde ese programa tenía personajes fuertes y cambios de tono en una línea de tiempo tensa, esto carece de variedad y alcance. Una gran cantidad de productores ahora están conectados, pero para que esto logre una mayor vida comercial, se necesitan recortes drásticos. Los creadores sabiamente han sido infieles a la letra del original. Tienen que ir mucho más allá.